domingo, 26 de octubre de 2008

¡¡Noticia extremecedora!!

Bueno, mi ordenador ya regresó a mis manos y vuelvo a actualizar mi blog. Hoy dejo el enlace a una noticia extremecedora que pude leer en el mundo. Al verla he de reconocer que la carne se me puso de gallina y un escalofrio recorrió mi cuerpo. Según cuentan, el cambio climático puede afectar a los vinos... Asique seamos sensatos, por lo que más queráis... salvemos el planeta aunque sólo sea por ese divino manjar que es el vino... jeje

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/10/24/ciencia/1224871065.html

sábado, 18 de octubre de 2008

Parón de una semana

En fin... una tragedia... pero... españoles, mi ordenata, ha muerto... una tragedia lo sé. Ahora mismo está en un hospital para ordenadores en muerte cerebral, el lunes lo operaran y esperemos que salga adelante, aunque ya nos han informado que no recordará nada...
Bueno pues eso, la semana que viene volveré a actualizar el blog.

domingo, 12 de octubre de 2008

¿Pueden los astronautas moverse a base de pedos?

Bueno, bueno... como estamos de puente (toma!!) y aún me quedaba otro gran artículo por recuperar de mis mazmorras, os voy a deleitar con otro gran artículo de "Curiosoperoinutil" (CPI). El artículo trata de una duda existencial que todos hemos tenido en algún momento de nuestra vida, ¿podría un astronauta moverse a base de pedos?. Bueno os dejo que os deleitéis con él.

Jorge y Carlos, dejando aparte el detalle de que un astronauta en bolas sufriría otros males antes que el de la flatulencia (lo trataremos en detalle en otra entrada, pendiente en el consultorio), debo deciros que vuestro amigo tiene razón. Influye el diámetro del… del tubo de escape. ¿Por qué? Porque lo que cuenta para saber a qué velocidad se acabará moviendo el astronauta flatulento (flatunauta) no es la fuerza que ejerce el pedo sobre él (masa por aceleración); hace falta también saber durante cuánto tiempo provoca esta aceleración. O sea, no es la fuerza lo que cuenta sino el impulso, definido como el producto de la fuerza por el tiempo durante el que actúa la fuerza. Y el impulso equivale a la variación del momento lineal. El momento lineal de un cuerpo es el producto de su masa por su velocidad. Se llama también “cantidad de movimiento”. Otro día hablaremos en detalle sobre él (tenemos una consulta pendiente, no me olvido). Vayamos por partes:
Teniendo en cuenta ambos datos, la ecuación que nos da las velocidades finales es (parece más complicada de lo que realmente es):

m0a·v0a+m0p·v0p = mfa·vfa+mfp·vfp

donde m son las masas, v las velocidades, los subíndices 0 y f representan “inicial” y “final” y los subíndices a y p representan “astronauta” y “pedo”. La anterior ecuación surge de uno de los principios básicos de la dinámica, la conservación del momento lineal. El caso es que en cualquier choque (o percusión) se conserva, es decir, que el momento lineal total de un sistema antes de un choque debe ser igual al momento lineal total del sistema tras el choque. Tirarse un pedo puede considerarse un choque (a veces también un shock), a los efectos que nos interesan.

Lo que importa, pues, es tanto la masa del pedo expelido como su velocidad. También depende de la presión del aire en el exterior, como veremos un poquito más adelante. Inicialmente podemos suponer que el astronauta está quieto con respecto a nosotros y el pedo, aunque amenaza tormenta, está en reposo dentro del astronauta. Por tanto, la primera parte de la ecuación es cero, al serlo las dos velocidades. Tras la deflagración flatulenta, obtendremos que

mfa·vfa= — mfp·vfp

donde el signo menos simplemente indica que pedo y astronauta se moverán en sentidos opuestos (la suma de ambos momentos debe ser cero, para igualar al cero que teníamos en la primera mitad de la ecuación)

Así que lo que importa, además de la masa del pedo, es su velocidad de salida. Y en esto, efectivamente, influye el diámetro (¡y la forma!) del conducto de salida (la tobera). Aquí podríamos hablar un poco de la forma de las toberas de los cohetes. Es curiosa la ciencia, que relaciona los pedos con la tecnología aeroespacial. Demos una breve vuelta por la ingeniería de propulsión:

Un cohete puede despegar y moverse por esas órbitas de acullá gracias a la ecuación que antes hemos escrito. Cuando los gases de combustión son expelidos hacia abajo (hacia atrás), por conservación del momento lineal, el cohete se ve propulsado hacia arriba (hacia delante). Cuanto más rápido vayan los gases y mayor sea su masa, más impulso recibirá el cohete. Simplificando mucho, el motor de un cohete consta de dos cámaras separadas, que contienen el combustible y el oxidante. Cuando estos compuestos se unen en la cámara de combustión, provocan una reacción muy exotérmica (que libera mucha energía) que hace que los gases se calienten y aumenten muchísimo su volumen. Al estar encerrados en una cámara, el aumento de volumen implica un aumento de presión. Estos gases son reconducidos luego hacia la salida, por donde salen a toda velocidad, impulsando al cohete en sentido opuesto. Para dar lustre a esta entrada, traigámonos una transparencia de la NASA:



rockth-s.gif

Ecuación de la propulsión de un cohete. La fuerza que sufre un cohete hacia delante depende de la velocidad de salida de los gases, de la masa de gas que sale cada segundo (eso ya lo hemos dicho antes) y, ojo, de la presión a la que salen los gases. Esta presión depende de la geometría de la tobera.

Como vemos, la presión a la que salen los gases influye en la fuerza (el empuje) de que dispone un cohete. Mediante un razonamiento matemático que se sale de los objetivos de esta entrada podemos llegar a la conclusión de que lo mejor es que la presión de salida sea lo más parecida posible a la presión exterior. Es decir, que cuando el cohete despega lo mejor es que la presión de salida de los gases sea de una atmósfera. A medida que el cohete asciende por la atmósfera terrestre, la presión del aire va disminuyendo y sería recomendable que la presión de salida de los gases lo hiciera también. En el Espacio, la presión exterior es cero (no hay gases allá fuera), por lo que desearíamos que la presión de salida de los gases fuera tan pequeña como fuera posible. Para cumplir con estos requisitos, a veces se usan toberas de geometría variable, que van cambiando su forma a medida que el cohete asciende. Otras veces se prescinde de esta complicación y diseña un tamaño medio de tobera para que vaya más o menos tirando en cualquier situación. Podemos decir, grosso modo, que cuanto mayor sea el diámetro de la tobera, menor será la presión de los gases y en el Espacio eso es exactamente lo que buscamos. Por eso, por ejemplo, el módulo orbital del Apolo tenía ese pedazo de tobera enorme en el propulsor orbital, para que la presión de salida fuera baja:


apollo15_endeavor.gif


O sea, que sí. Que influye tanto la masa del pedo como su velocidad de salida y su presión. Estas dos últimas variables tienen que ver con el diámetro de la tobera, que podríamos llamar pedera en nuestro flatunauta. Dadle la razón a vuestro amigo, esta vez. Espero que el viaje desde la fabada a la luna les haya gustado, estimados lectores.

Petición final. Hubo en tiempos, hará diez o doce años, una serie en la tele (y creo que un libro) en la que hablaban de cómo la cerveza había influido en el desarrollo de los relojes de pulsera, o cómo la fermentación de las manzanas había llevado a la aparición del DVD. Me he inventado los ejemplos, pero el caso es que la serie iba relacionando unos descubrimientos con otros, siempre de manera sorprendente. Me encantaba. ¿Algún lector podría ayudarme a localizarla? Se lo agradeceré muchísimo.


jueves, 9 de octubre de 2008

Sueño extraño

Anoche mientras dormía, tuve una pesadilla muy extraña. Soñé que en un mundo dominado por las grandes empresas, gente con mucho poder robaba mucho dinero (digamos por poner un ejemplo así al azar 700.000 millones de dólares) a sus pobres ciudadanos argumentando su bienestar. La religión oficial, basada en una pseudo-ciencia (la economía), baticinó un nuevo apocalipsis catastrófico, los líderes reían mientras los ecalones más bajos de la misma se tiraban de los pelos y se suicidaban de angustia. El pánico se extendió por el planeta, todo el mundo tenía miedo y acudía buscando auxilio a los nuevos templos hubicados en bancos y bolsas...

Menos mal que sonó el despertador y me rescató, todo había sido sólo un mal sueño...

martes, 7 de octubre de 2008

¿Qué hay detrás del (mal) aislamiento en un microondas?

Como ya comenté en el artículo acerca del experimento casero con este artilujio, el horno microondas no es más que una cavidad resonante (es decir, hace "rebotar" las ondas generadas por un magnetrón) que opera con frecuencias aproximadas de 2.45 GHz. El problema fundamental, es bastante evidente, podemos aislar perfectamente las ondas electromagnéticas dentro del aparato por las características de las paredes, peeeeero necesitamos tener una puerta por la que introducir los alimentos y además una "ventana" por la que podamos observar si se nos está quemando la cena. En la puerta tenemos un vidrio con una malla que teóricamente impide escapar la radiación. Para que todo fuera perfecto la puerta debería estar en contacto con las paredes formando así un cortocircuito y reflejar así la las ondas que lleguen a él. Para los que entiendan un poco de la materia, cortocircuito = Impedancia en ese punto sea cero. Sin embargo no es cero, sólo aproximadamente cero. Esto se mejora si construimos nuestra puerta (o le añadimos un grosor en los bordes) que sea de una longitud λ/4 (es decir un cuarto de la longitud de onda que tenemos) que por sus propiedades funcionará como un apantallamiento y nos servirá para nuestro sellado de radiofrecuencia. Bajo estas nuevas condiociones (y esto sí que es realmente difícil de explicar en un lenguaje sencillo) tendríamos una nueva impedancia que impediría más aun que salieran ondas. El esquema sería el siguiente:

Es decir un poco hablando en castellano , por las propiedades de dichas ondas electromagnéticas en teoría el aislamiento sería perfecto introduciendo esta longitun λ/4 en la puerta, pero como siempre de la teoría a la práctica hay un pequeño salto, eso nos hace que la impedancia (que debería ser cero para que estubiera completamente aislado) sea practicamente cero y por lo tanto nuestro horno microondas esté prácticamente aislado

lunes, 6 de octubre de 2008

Gasto de los LEDs de los televisores europeos

Como en estos comienzos de curso ando muy atareado y no quiero dejar de lado mi blog, he rescatado de las mazmorras de mi disco duro algún artículo interesante que tenía guardado. Hoy me gustaría publicar un artículo de otro de los grandes (¿ya extinto?) blogs de la internete, curiosoperoinutil (CPI). Me resulta muy interesante, ya que a la par de "curioso" me hace gracia la gran documentación de la prensa oficial. Todo viene a que en un momento de lucidez en la prensa se dijo que los LEDs de los televisores europeos cuando éstos estaban en stand by gastaban más luz que todo América del Sur. Aquí está el enlace al artículo original de CPI.



Un titular como este golpea al lector en la cara. ¿Tan poquito gasta Centroamérica? Así que nos pusimos a echar cuentas:

Remirando en las páginas de electrónica (por ejemplo, el artículo de la Wikipedia sobre LEDS, aunque hay muchas más que dicen lo mismo), vemos que el consumo típico de un LED rojo (Light Emitting Diode, diodo emisor de luz, la típica bombillita roja que encendida en la tele al apagarla) ronda los 100 milivatios (mW). O sea, que diez de esas bombillitas gastarían un vatio de potencia. O sea, que seiscientas de esas bombillitas gastarían lo mismo que una bombilla convencional de 60W.

Calculando que en Europa hay unos trescientos cincuenta millones de personas, a los que les podemos suponer unos quinientos millones de televisiones, y suponendo que los LEDs están encendidos 24 horas al día, nos sale que el consumo total de potencia de estas bombillitas es de 100 mW x 500 millones = 50 MW. Cincuenta megavatios de potencia significan cincuenta millones de julios gastados cada segundo. Para que se hagan una idea, levantar un coche de 1 tonelada hasta lo alto de un aparcamiento de quince pisos (~50 metros) consume 500.000 julios. O sea, que con esta potencia que desperdiciamos podríamos levantar cien coches cada segundo a una altura de quince pisos. La verdad es que es mucha energía desperdiciada. PERO, no es el tema que nos ocupa. Comparemos los 50 MW de gasto con el gasto en energía eléctrica de Centroamérica. Nuestra primera búsqueda fue Guatemala. Y llegamos a esta presentación [.pps, 1,89 MB] de un integrante de la Comisión Nacional de la Energía Eléctrica de Guatemala (CNEE). En la presentación aparecen los datos de oferta y demanda de energía eléctrica en Guatemala:



¡La demanda eléctrica de Guatemala es de 1256 MW! (los datos son de 2003). O sea, que es 24 veces más grande que los 50 MW desperdiciados por las luces LED de los televisores europeos. Y eso que sólo habíamos empezado a buscar países, porque en Centroamérca también están El Salvador, Costa Rica, Honduras, Panamá, Nicaragua y Belize. Y no contamos a las islas (Cuba, Puerto Rico…).

Hasta aquí, desmontado el titular. Pero se podrá alegar que no es sólo el LED lo que gasta energía en un televisor apagado. Un LED necesita funcionar en corriente continua, hará falta un transformador dentro del televisor… Si incluimos todo aquello que gasta energía (y que en el artículo no mencionan), podríamos llegar a un consumo de 3W por televisor apagado, es decir, 30 veces más que el LED solo. Si multiplicamos por 30 la cantidad de energía (potencia, en realidad) dilapidada por los televisores europeos, nos salen 1.500 MW. Como hemos visto, la demanda sólo en Guatemala es de 1200 MW. Así que por aquí tampoco salen las cuentas, porque en cuanto añadamos un segundo país, sale que Centroamérica vuelve a gastar mucho más que las bombillitas de los televisores europeos. Todo estos datos he tardado 15 minutos en encontrarlos y 20 en escribirlos. ¿35 minutos de periodista son muy caros?

Una última comprobación: nos vamos a Red Eléctrica Española a ver cuánto consume España:



España tiene picos de demanda de 40.000 MW. Podemos suponer que la demanda media (en invierno) ronda los 30.000 MW. O sea, que los 1500 MW de los televisores europeos son un 3,75% de la demanda española. Dudo que toda Centroamérica consuma menos que el 4% de España. Así que también por este lado desmontamos el titular.

Tras este cálculo, vemos que, en efecto, es una burrada la energía que se dilapida de esta manera. Por no hablar de los miles y miles de monitores que cada noche quedan encendidos en las empresas, y que gastan mucho más que 3W. El derroche de energía es real, y es tarea de todos combatirlo, pero no con titulares tan absolutamente disparatados como el que hoy nos ha entretenido.

Actualización: Me manda un amable lector (¡gracias, José Miguel!) el ejemplar del 20 Minutos de ayer. Dicen la misma frase, que “Dejar los equipos de imagen y sonido en Stand-by gasta en un año, en la UE, la misma electricidad que el consumo total de Centroamérica y parte del Caribe en ese mismo espacio de tiempo”. Por lo menos aquí especifican que ambos gastos se miden en un año. 20 Minutos añade “parte del Caribe”. Está claro que ambos periódicos tiene fuente común. ¿Será de Unión Fenosa la frase, queriendo generar titulares?



sábado, 4 de octubre de 2008

Premios Ig Nobel 2008

Como cada año, por fin han llegado los premios Ig Nobel. De la gran microsiervos (y por falta de tiempo) copio un listado de las mejores categorias.

  • Medicina: Dan Ariely, de la Universidad Duke, EEUU, por demostrar que medicamentos falsos y caros son más efectivos que medicamentos falsos y baratos.
  • Ciencia cognitiva: Toshiyuki Nakagaki, de la Universidad de Hokkaido, Hiroyasu Yamada, de Nagoya, Ryo Kobayashi, de la Universidad de Hiroshima, Atsushi Tero, de Presto JST, Akio Ishiguro, de la Universidad de Tohoku, Japón, y Ágotá Tóth, de la Universidad de Szeged, Hungría, por descubrir que los mohos del cieno pueden resolver puzzles.
  • Física: Dorian Raymer, de la Iniciativa de Observatorios de Océanos de la Institución Scripps de Oceanografía, EEUU, y Douglas Smith, de la Universidad de California, San Diego, EEUU, por demostrar matemáticamente que montones de cuerda o cabellos, o de casi cualquier otra cosa, inevitablemente se terminan enmarañando y formando nudos, algo que comprobamos a diario.
  • Química: Sheree Umpierre, de la Universidad de Puerto Rico, Joseph A. Hill, de los Centros de Fertilidad de Nueva Inglaterra, EEUU, y Deborah Anderson, de la Escuela Universitaria de Medicina de Boston y la Escuela Médica de Harvard, EEUU, por descubrir que la Coca-Cola es un efectivo espermicida, y a C.Y. Hong, de la Universidad Médica de Taipei, Taiwan, C.C. Shieh, P. Wu y B.N. Chiang, de Taiwan, por descubrir que no lo es.
 
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